Los drenajes de aguas lluvias son sistemas diseñados para recolectar y canalizar el agua de lluvia que cae en áreas urbanas o en carreteras. También se les conoce como sistemas de drenaje pluvial o sistemas de alcantarillado pluvial. Estos sistemas son fundamentales para evitar inundaciones y minimizar el riesgo de daños causados por el agua durante las precipitaciones.
Los drenajes de aguas lluvias están compuestos por una red de tuberías, canales o zanjas que recogen el agua de lluvia de las superficies pavimentadas y la dirigen hacia puntos de descarga adecuados, como ríos, arroyos, lagos o sistemas de tratamiento de aguas. También pueden contar con sumideros o rejillas ubicados en las aceras o en las áreas de tránsito peatonal y vehicular, para capturar el agua en superficie y evitar encharcamientos.
Estos sistemas de drenaje suelen incluir diferentes componentes, como tuberías de alcantarillado, registros de inspección, sumideros, canales abiertos, cunetas y bocas de tormenta, entre otros. La infraestructura de drenaje se diseña teniendo en cuenta la cantidad de precipitación esperada y la capacidad de captación y conducción del agua, para garantizar que no se produzcan inundaciones ni problemas de acumulación de agua en las vías públicas.
Además de su función principal de evitar inundaciones, los drenajes de aguas lluvias también ayudan a reducir la erosión del suelo, mejoran la calidad del agua al filtrar los sedimentos y contaminantes transportados por la lluvia, y contribuyen a mantener el equilibrio hidrológico en áreas urbanas. Estos sistemas requieren de mantenimiento periódico para asegurar su correcto funcionamiento y prevenir obstrucciones que puedan afectar su capacidad de drenaje.